lunes, 4 de octubre de 2010

Con la compañía de "Robbins y Cotran"

Hoy, siendo un día sin clases por ser la celebración del día de las fuerzas armadas en Honduras, había planeado despertarme muy temprano y lograr terminar de estudiar los temas de mi libro de patología que me evaluarán en tan sólo dos días. Pero en estos días cercanos a la navidad, los vientos son muy fríos y la cama pareciera que es un cálido paraíso terrenal, así que los planes se truncan y mi estudio no comienza cuando el sol sale, ya he desperdiciado al menos 4 horas que me podían servir para terminar algo que debería ya haber terminado.
Y entonces la vida se vuelve monótona desde ese momento, donde mi cuerpo reposa sobre un mueble acompañado únicamente de mi libro de patología "Robbins y Cotran", sin embargo, y a pesar de ser algo monótono, en mi cerebro no hay monotonía puesto que estoy aprendiendo sobre neoplasias hematopoyéticas... Es excepcional poder ver con el pensamiento todos los procesos en los que ocurren estas enfermedades.
Aún tengo que terminar como 50 páginas de estudio y el tiempo transcurre, este estilo de vida es el que lleva la mayoría de estudiantes de cuarto año, donde son felices los momentos en que nos detenemos a ver un programa en la televisión o al menos a distraer nuestra mente para no quedar locos...



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