Hoy destinaré este pequeño espacio de mi vida para hablar acerca de las palabras, su tremendo que poseen, su naturaleza misma, el hecho de ser verdaderas o ser falsas... Y es que según muchos expertos dicen, las palabras son las que definen nuestro destino, ya que estas evocan pensamientos, y al evocar pensamientos traen consigo sentimientos, de acuerdo a estos sentimientos se va formando una conducta y esta conducta hábitos que va da lugar a un carácter que encaminará nuestro destino de vida.
Por eso cuando digas palabras procura decirlas de manera que quienes se vean involucrados por ellas se vean beneficiados o por lo menos no afectados.
Sin embargo hay algo muy interesante que he notado ultimamente y es el hecho de cómo saber cuando una persona dice algo que verdaderamente siente... No se si a ustedes les ha ocurrido que quizás una persona en un momento dado les dice: "Te quiero", "Te amo", "Eres importante para mí"; pero que en un momento ya no es partícipe de esas palabras, ¿será que las palabras solo son una simple demostración del estado en que se encuentra alguien? entonces si es así, las palabras no perduran en el tiempo; vienen a ser como letras que se escriben en arena y que el más suave viento las borra sin esfuerzo. O será que los humanos somos seres complicados y que no sabemos lo que de verdad sentimos, que tan solo decimos las cosas por decirlas... Dicen que para decir las cosas, para emplear las poderosas palabras es necesario pensar antes de decirlas, pero también creo que es necesario sentirlas. ¿porque si no sentimos lo que decimos, de nada vale, verdad?
Así que cuando le digas algo a alguien, primero sientelo a la vez que lo piensas; porque las palabras son el arma más poderosa que podemos emplear, ya sea para destruir o para bendecir a quien queramos...
miércoles, 8 de abril de 2009
El poder de la palabra...
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